viernes, 24 de julio de 2015

Picadillo de tarjetas de crédito

Ahora que están tan de moda los programas y concursos de cocina, te propongo una receta refrescante para el verano:


El picadillo de tarjetas de crédito

Ingredientes:

  • Todas las tarjetas de crédito que tengas tú y tu pareja.
  • Las tarjetas de débito que uses para pagar en tiendas.
  • Tijeras grandes.

Pasos:

Tú ya sabes...

Variante:

Si aún no tienes un fondo de emergencia y un colchón de seguridad, mira en qué tarjeta tienes más crédito y ¡congélala!

¿Como se congela una tarjeta de crédito?

  1. Toma un sobre de plástico con autocierre, deposita la tarjeta, añade agua, cierre y mételo en el congelador. 
  2. Olvídate de que hiciste esto.

¿Que utilidad tiene esto?

Te dará la tranquilidad de saber que en caso de emergencia tienes con qué pagar, pero al estar congelada evitaras usarla para cualquier otro propósito.

Propiedades dietéticas:

El picadillo de tarjetas de crédito contribuirá a disminuir tus compras innecesarias, y en poco tiempo erradicará las cuotas y los intereses que pagas al banco.

Acabarás con más dinero disponible para emplear en aquellas cosas que de verdad te importan.

Notas de degustación:

Las tarjetas de crédito son uno de los instrumentos más perjudiciales creados por la sociedad de consumo. Permiten al consumidor gastar antes de tener dinero sin notarlo, por que no salen billetes ni monedas de su bolsillo.

Además implican unos costes altísimos, con las tasas de interés más elevadas de entre todos los préstamos.

Su uso viene de buscar el premio antes de hacer el trabajo, rompiendo la regla de que «todo esfuerzo tiene su recompensa» pero con una consecuencia de un esfuerzo aún mayor sólo por no esperar.

Es un instrumento que invita a vivir por encima de nuestras posibilidades, lo que sabemos que se paga muy caro.

Hazte este regalo y degusta tu también el picadillo de tarjetas de crédito, y si puedes, invita a tus amigos.

NOTA: La foto del picadillo es obra de una cliente que ya lo ha puesto en práctica. ¡Enhorabuena!

sábado, 18 de julio de 2015

¿Mala suerte?

La semana pasada estuve de vacaciones en Isla Canela, Ayamonte, junto a Portugal. Un bonito sitio para pasar unos días de playa y para comer buen pescado y cerdo ibérico.

El primer día vi que había una escuela náutica, pasé a preguntar y me apunté a un curso de windsurf, deporte que ya había practicado pero en el que nunca pase de principiante.

Estuve yendo dos horas diarias durante cinco días y la verdad es que he mejorado mucho y me lo he pasado muy bien, gracias a mi monitor «El negro» y a las condiciones ideales de viento.

Sin embargo, el último día tuve un accidente: Casi al final de la clase iba arrastrando la tabla desde la orilla y se me resbaló. La tabla cayó sobre mi pie derecho, y sentí un dolor moderado. La cosa es que lo que impactó en mi pie fue la aleta trasera que está ligeramente afilada.

En principio no le di importancia y seguí navegando, terminé la clase, llevé la vela a su sitio y me fui a dar un baño.

Al salir del agua me miré el pie y vi que aquello no estaba normal: Tenía un profundo corte entre dos dedos, de unos 3 cm de largo, pero ni una gota de sangre. Volví a la escuela a que me lo miraran. Allí llamaron a los sanitarios quienes me hicieron una cura y me acercaron al apartamento para luego ir a un centro de salud a poner puntos.

El resultado: Cuatro puntos de sutura, un vendaje y una ligera cojera. Lo más doloroso, la anestesia para poner los puntos, que aún así también dolieron.

Sin embargo hubo algo especial que fue lo que me hizo escribir esto. El encargado de la escuela me dijo «Vaya, ya es mala suerte»

¿Mala suerte? ¿He estado una semana de vacaciones y es mala suerte? ¿He navegado en tabla de windsurf diez horas y es mala suerte? ¿He tenido un accidente el último día de mis vacaciones y es mala suerte? ¿A pesar del corte no he perdido una gota de sangre y es mala suerte? ¿Me ha sucedido en un lugar con asistencia inmediata y con un centro sanitario a diez minutos y es mala suerte?

Pues sinceramente, yo pienso que soy muy afortunado y que tengo muy buena suerte. Lo que me ha sucedido es sólo un accidente en el que la suerte no tiene nada que ver.

Quizá hace unos años yo mismo hubiera dicho «¡qué mala suerte!» pero entonces no sabía lo que era la suerte.

jueves, 25 de junio de 2015

Pensiones Ponzi

Una pirámide financiera recibe el nombre de esquema Ponzi por haber sido Carlo Ponzi el primero que estafó a gran escala con este sistema. Desde entonces No han parada de sucederse este tipo de estafas por todo el mundo. La última que tuvo una gran repercusión mundial fue el caso Madoff, y en España los casos de Forum Filatélico y Afinsa.

Cada vez más proliferan este tipo de esquemas en negocios por Internet, algunos de ellos sin ni siquiera ocultarlo, pero muchas también camuflados bajo la apariencia de empresas multinivel. Aclaro que el multinivel es un excelente modelo pero gravemente dañado por estos estafadores, recomiendo leer mis artículos sobre análisis de negocios si estás pensando en unirte a alguno.

Por supuesto, los esquemas Ponzi están perseguidos por la ley como cualquier otra estafa. Sin embargo, en muchos países del mundo, entre ellos España, el mayor esquema Ponzi es legal: El Sistema Público de Pensiones. Hay que distinguir dos casos, los sistemas de capitalización y los de reparto. A estos últimos me refiero, estos sistemas pagan las pensiones actuales de los jubilados con las cotizaciones de los trabajadores en activo. El dinero que unos ponen se les da a los otros. Por eso necesita que haya varios trabajadores cotizando para pagar a un pensionista. Cuando el número de pensionistas aumenta y el de trabajadores disminuye, el sistema quiebra como pasa en cualquier otro esquema Ponzi.

Los que nacimos en el «baby boom» debemos ser conscientes de que cuando nos jubilemos seremos demasiado, posiblemente haya tantos jubilados o más que trabajadores, por lo que será imposible que el sistema pague pensiones dignas. Me desespera hablar de esto con muchas personas que dicen «bueno, ya lo arreglarán» en esa actitud del niño pequeño que confía que su papá lo arregle todo mágicamente.

Algunos, conscientes de este problema, en su día empezamos a ahorrar en un plan de Pensiones, creyéndonos las mentiras que nos contaron de que era el producto con mejor rentabilidad financiero-fiscal. Realmente un plan de Pensiones es una poderosa herramienta de control monetario que el Estado y la Banca han diseñado, una forma de secuestrar nuestro dinero para gestionarlo a su beneficio y aplicar los impuestos que interesen al gobierno de turno.

Si realmente quieres poner solución a tu jubilación, por favor, no te encomiendes al Estado ni al Banco y tampoco a un asesor financiero, que te venderá un producto para llevarse su comisión. ¡Toma las riendas de tu dinero con la ayuda de un coach financiero!

La imagen la he encontrado en este artículo de elcato.org «Ecuador: El esquema Ponzi del Estado» que trata este mismo asunto y que recomiendo leer.

lunes, 22 de junio de 2015

El mejor momento de hacerlo es ahora

Hace poco hablaba del concepto de tolerancia-cero para el cumplimiento de objetivos. También comentaba que estos conceptos están integrados en el método de aprendizaje de chino 8Belts que estoy cursando.

Pues bien, hace un par de días ya tenía 122 días de sol, días consecutivos consiguiendo el objetivo de añadir tres nuevos proverbios (créeme que no es nada fácil) Sin embargo, acabo de romper esa racha por un tonto descuido causado por la postergación. Simplemente dejé para última hora del día hacer mis tareas y no me dio tiempo.

Posiblemente lo hubiera conseguido de no ser por que el sistema informático del curso está ligeramente adelantado de hora. Confieso que en un principio me quise quejar y echar las culpas fuera: La típica reacción «natural» irresponsable. Pero el único responsable fui yo, que no hice mis tareas unos minutos o unas horas antes como podría haber hecho. Así que decidí ser responsable e inteligente y convertir la frustración inicial en aprendizaje y compartiendo la experiencia con los demás espera que alguien más le pueda servir.

Mi aprendizaje ha sido el título de esta publicación, «El mejor momento de hacerlo es ahora»: Cuando tengas alguna tarea pendiente de hacer, no busques la forma de engañarte para hacerla más tarde, simplemente ponte a hacerla. Lo primero es que conseguirás hacerla, que el lo que querías, te subirá la autoestima por haberlo hecho y evitarás la frustración de no haber cumplido con lo que te habías propuesto.

martes, 16 de junio de 2015

¡Quiero ganar más dinero!

Está claro, cada vez que alguien se me acerca al saber que yo ayudo a mejorar la vida económica de las personas me dice «Quiero que me ayudes a ganar más dinero»

Sin embargo, me encuentro con que muchas de ellas ya están ganando más dinero, o al menos lo han intentado, pues han conseguido un aumento de sueldo, se han cambiado a un trabajo mejor, han iniciado un pequeño negocio o han hecho algún tipo de inversión. Independientemente de si han conseguido ganar más dinero, se han quedado igual o han perdido dinero en algún negocio o inversión poco clara, me dicen que su situación económica sigue siendo igual que antes, con dificultades para llegar a fin de mes, con muy poco ahorro en el mejor de los casos y con una nula capacidad para afrontar imprevistos.

Y es que la solución que buscan no es la correcta. Ganar más no es la solución a los problemas económicos, aunque contablemente pueda parecerlo. El problema suele ser de malos hábitos, de creencias limitantes y de falta de educación financiera. Imagínate que eres un soldado que maneja la ametralladora, pero que no sabe a dónde debe disparar ni cómo funciona el arma. Si no estás disparando al objetivo correcto, puede que incluso estés disparando contra tu bando, así que darte más munición no hará más que incrementar el daño que causas. Sin embargo, si tienes claro dónde disparar y has sido bien entrenado, cuanta más munición tengas, mejor harás tu función.

Con el dinero es lo mismo. Por ello, lo primero que hago es ayudar a la persona a identificar cuales son sus limitaciones en la gestión del dinero. Sólo tras esta toma de conciencia podemos empezar a trabajar para mejorar la situación.

La mayoría de las personas o bien no hace nada, o bien busca cómo ganar más dinero. Incluso hay quien busca la solución a través de un asesor financiero o de inversiones (todavía hay quien confía en su banco para ello) y no es que sea malo, pero en absoluto es la solución.

lunes, 8 de junio de 2015

Cumplimiento de objetivos: La Tolerancia-Cero

No sé si serás de las personas que se ponen metas. Puede ser que ni sepas muy bien cómo se hace. Si es así, no esperes más y ponte a estudiar cómo ponerse metas. Hay multitud de libros y artículos que hablan de cómo ponerse metas, puedes empezar por uno muy bueno: «Metas» de Zig Ziglar.

Si ya sabes ponerte metas y lo haces, te felicito, estás entre un selecto y reducido grupo de personas que lo hace, y es un paso clave. Sin embargo, tengo una mala noticia: Esto no es suficiente. Lo que realmente marca la diferencia no es ponerse metas, pues aunque sea un paso imprescindible sigue estando en el mundo de las ideas y los pensamientos. La clave es tomar acción.

Hace poco descubrí uno de los mejores libros que he leído sobre el éxito: «Los 88 peldaños del éxito» de Anxo Pérez. Cada uno de los 88 peldaños es muy valioso, pero en lo que se trata de cumplir objetivos creo que es clave el titulado «El pentágono mágico» (léelo, está publicado en la revista Emprendedores)

Los cinco puntos son importantes, pero para alguien acostumbrado a fijar metas, los que se refieren a que sea concreto y alcanzable son muy conocidos. Sin embargo el concepto de objetivo de tolerancia cero es muy potente y combinado con la locomotora y los despertadores hacen un magnífico coctel.

Estos principios están integrados en el método de aprendizaje de chino 8Belts (yo llevo más de 100 días de sol, que son como los vagones del tren). Además, lo estoy aplicando a mis tablas de ejercicio diario y ya tengo un largo tren. Poco a poco lo iré aplicando a nuevos objetivos.

jueves, 4 de junio de 2015

La endemoniada hipoteca

Hace ya muchos años que el préstamo hipotecario está íntimamente ligado a la vivienda, especialmente en los países del sur de Europa, y con más intensidad en España. Pareciera como si la única forma de acceder a la vivienda fuera someterse a esta moderna forma de esclavitud.

Sin embargo tenemos la alternativa del alquiler, que pese a lo que dice una falsa creencia, no es tirar el dinero. De hecho es financieramente más rentable en la gran mayoría de los casos, especialmente entre la gente joven que con todo probabilidad va a cambiar de residencia en menos de diez años.

Desde hace ya muchos años, la gente joven, especialmente las parejas, pretender empezar a vivir su vida independiente con el mismo estilo y nivel de vida que tenían cuando vivían con sus padres, pero sin haber trabajado ni ahorrado como lo hicieron sus padres o sus abuelos.

La sociedad de consumo ha creado una legión de irresponsables caprichosos acostumbrados a la gratificación rápida, atener las cosas antes de habérnoslas ganado, por eso compramos con tarjeta de crédito esos bonitos zapatos o el smartphone de última generación, por eso compramos el coche nuevo con un préstamo al consumo y por eso compramos una casa con una hipoteca.

Todos son malos hábitos financieros, pero en el fondo, cuando nos permitimos el capricho de los zapatos e incluso del coche, sabemos que no estamos haciendo lo correcto, pero lo justificamos diciendo que nos lo hemos merecido. Sin embargo, en el caso de la casa, estamos convencidos, por que así nos lo han hecho creer los promotores, los bancos, el gobierno y los medios de comunicación, que al comprar una casa estamos haciendo la mejor inversión de nuestra vida, y por eso pedir una hipoteca es una buena decisión.

Sin embargo a poco que hagamos números, veremos que tener una casa en propiedad conlleva muchos gastos y muchos inconvenientes, pero si le unimos el pago de la hipoteca, podremos darnos cuenta de que es una nefasta decisión que literalmente puede llegarnos a hipotecar y condicionar toda nuestra vida.

¿Eres consciente de todo lo que conlleva tener una casa en propiedad y pagar una hipoteca? Podría poner aquí una larga lista de cosas, pero te voy a dejar que me digas tú las tuyas en los comentarios.

lunes, 1 de junio de 2015

Estamos interconectados

Estos últimos días he estado escuchando el audiolibro «Las cinco personas que encontrarás en el cielo», un bellísimo relato, aunque no lo recomiendo para cuando estés bajo de ánimo. Es triste, aunque con un precioso mensaje.

Todos estamos interconectados, tenemos una influencia determinante en la vida de otras personas, así como los demás influyen notablemente en nosotros.

Por tanto tenemos una doble responsabilidad, la primera es cuidar nuestra influencia sobre los demás, hacernos conscientes de que nuestros actos pueden dejar una huella positiva en los demás, pero también puede ser negativa.

La segunda es tanto o más importante, y es hacer una interpretación positiva de lo que recibimos de los demás, independientemente de que sea algo bueno o malo, siempre podemos encontrar algo que nos sea útil para mejorar como personas.

jueves, 28 de mayo de 2015

No es cuánto ganas, es cuánto te queda

Hace unos días hice un sencillo ejercicio con un grupo de clientes que resultó muy revelador. Se trataba de calcular de memoria y rápidamente los gastos, el ahorro y los ingresos.

A todos les resultó complicado decir lo que gastaban. En cuanto al ahorro, la mayoría declaró que no ahorraba y varios pensaban que gastan más de lo que ingresan. Los que ahorraban, tampoco tenían muy claro cuánto.

Sin embargo casi todos conocían bien sus ingresos, en especial los trabajadores por cuenta ajena.

Este simple ejercicio les concienció de que necesitan saber lo que gastan y de que su nivel de ingresos no tenía mucha influencia en su nivel de ahorro, pues había personas que ahorraban teniendo ingresos modestos y otras con ingresos altos gastaban de más.

Las personas suelen equiparar su nivel de ingresos con su nivel de riqueza, lo que es un gran error. Lo importante es cuánto dinero del que pasa por tus manos se queda contigo. Si eres una persona que gasta más de lo que ingresa, si doblas tus ingresos, tus gastos aumentarán igual, y tendrás cada vez un problema mayor. Primero necesitas convertirte en una persona que ahorra y sólo entonces será el momento de aumentar tus ingresos.

Si quieres mejorar tu economía, necesitas saber cómo está realmente y para ello necesitas saber lo que gastas. El simple hecho de ponerte a controlar tus gastos ya hará que disminuyan, pero es sólo el primer paso.

lunes, 25 de mayo de 2015

Fábricas de autoestima

Este fin de semana he asistido al taller «Train the trainers» de la escuela de emprendedores Jung y he vivido una experiencia maravillosa: Ver cómo nos desnudábamos emocionalmente en público muchas personas con afán de superación.

Es revelador ver cómo personas que aparentan dureza son profundamente tiernas. Pero lo que más me ha impactado es ver cómo personas dulces, amorosas, generosas, personas que quisieras tener siempre cerca, se consideran así mismas poco valiosas. Unas por exceso de autoexigencia y otras por que alguna vez hicieron caso de alguien estúpido que les dijo algo desagradable.

Con esta experiencia me he hecho más consciente de varias cosas. La baja autoestima es un mal demasiado extendido, lo que por un lado me provoca personalmente un «consuelo de tontos» pero por otro me provoca ganas de comprar pastillas de autoestimulina para repartir por el mundo. Pero quizás este sea uno de los problemas, que buscamos soluciones rápidas a situaciones que llevan años consolidándose. En realidad todos sabemos la solución de la baja autoestima. Como su nombre indica, cada uno la llevamos dentro, es «auto-». Es cuestión de querernos más, de tirar a la basura la creencia de que quererse a uno mismo es egoísta.

Y entonces ¿Qué podemos hacer para ayudar a los demás a mejorar su autoestima? Pues algunas cosas muy sencillas, que además nos servirá para mejorar la nuestra propia:

  • Sonreir mucho. Sonreir nos hace sentirnos mejor automáticamente. La sonrisa se contagia. Sonríe siempre, aunque sea para ti. 
  • Dar abrazos. Pero abrazos de verdad, no a distancia, no unas palmaditas la espalda. Abrazos para sentir a la otra persona y transmitirle tu energía. 
  • Hacer elogios sinceros. Dile a las personas que te encuentres alguna cosa buena que admires de ellas. Algo que sientas de verdad. Siempre puedes encontrar algo que elogiar de otra persona. 

Si quieres saber más cosas que puedes hacer para mejorar tu autoestima y la de los demás, lee el maravilloso libro "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas" de Dale Carnegie, que además te servirá para otras muchas cosas...

jueves, 21 de mayo de 2015

¡Quiero ser rico! ¿Para qué?

Posiblemente cualquier persona que conozcas quiere ser rica. Incluso aquellas que dicen que valoran más otras cosas, realmente sólo están justificando su mala situación económica haciendo ver que no es importante.

Pero se me plantean dos cuestiones. Primero ¿Qué es ser rico para ti? A esta cuestión pienso dedicarle otra publicación, pero para ahora quedémonos con que es tener dinero de sobra.

La segunda es ¿para qué quieres ser rico? Sí, sí ¿para qué? ¿Qué harías si lo fueras? ¿Lo tienes claro? Para la mayoría de las personas simplemente se trata de un sueño inalcanzable, por lo que ni siquiera se plantean estas preguntas. Así, cuando a una de estas personas le toca un premio de lotería responde que va a «tapar agujeros», a comprarle un piso a los hijos o a hacerse un viaje. Muchos de ellos dirán que can a seguir trabajando en lo mismo, por que realmente no saben qué hacer.

Está estudiado que las personas a las que de repente les llega mucho dinero, no les mejora la vida. Simplemente pasan una temporada de alto nivel de vida, para luego volver al mismo punto en el que estaban, y muchas veces a un estado peor, pues han comprado cosas con altos costes de mantenimiento.

Debes saber dos cosas:
  1. Hacerse rico no es un sueño inalcanzable, es sólo cuestión de seguir un plan de acción con disciplina y tener la paciencia suficiente. Cuanto antes empieces mejor, el tiempo juega en tu contra.
  2. Si llegas a rico y no sabes para qué, dejarás de serlo.

Así que deja de pensar que ser rico no es para ti y ponte a la tarea de saber exactamente para qué quieres serlo, qué vas a hacer cuando llegues y ten claro cual es la vida ideal que deseas.

Yo ya lo tengo muy claro, una de las cosas que están en mi vida ideal es ayudar a otras personas a conseguir tener su vida ideal. Si tú quieres, yo puedo ayudarte.

lunes, 18 de mayo de 2015

¡No te preocupes!

«¡No te preocupes!» es una de mis expresiones prohibidas. Decirle a alguien «no te preocupes» es tan contraproducente como decirle «no pienses en un iceberg», pues lo que vendrá a su mente será una preocupación del tamaño del iceberg. El cerebro piensa en imágenes y no es capaz de procesar el no. Por eso es más útil usar expresiones positivas, como por ejemplo: «Estáte tranquilo»
 
Sin embargo, hoy vengo a decirte que no te preocupes, pero por que es la cosa más absurda del mundo, por mucho que sea la más común de las cosas absurdas.

Básicamente hay dos categorías de preocupaciones: Las cosas en las que no tenemos ninguna capacidad para cambiarlas y aquellas en las que sí tenemos esa capacidad.

En la primera categoría podrían estar la situación económica internacional o la posibilidad de un terremoto. Estarás conmigo en que es completamente absurdo e inútil malgastar la más mínima cantidad de tiempo y energía en estas cuestiones, pues no las vamos a poder cambiar.

En la segunda categoría están aquellas cosas de las que podemos ocuparnos, con lo que de nuevo es absurdo preocuparse. Lo que sí debemos hacer es tomar la decisiones, primero si vamos a ocuparnos o no.

Por ejemplo mi amigo Ernesto González, incluye en su lista de tareas por hacer una categoría fantástica: «La lista de cosas de no hacer»; allí pone esas cosas que alguna vez pensó que debía hacer, pero que por fin a decidido no hacerlas y por tanto se libera de ellas de un plumazo y de la preocupación asociada.

Así que, en resumen, olvídate de las cosas en las que no puedes hacer nada, no hagas lo que en realidad no es importante y ocúpate de las cosas que sí lo son. 

jueves, 14 de mayo de 2015

Cuestiona tus creencias

¿Te has preguntado alguna vez de dónde vienen tus creencias?

La mayoría de las personas vivimos con creencias que no sabemos de dónde vienen y que ni siquiera cuestionamos por que siempre han estado ahí. Muchas serán creencias infantiles tan absurdas como la existencia del hombre del saco, sin embargo las seguimos teniendo por que no sin evidentes cómo esta, pero seguramente mucho más dañinas.

Es más si alguien externo viene a cuestionarnos nuestras creencias tendremos una reacción airada «Lo que yo creo es la verdad».

Así que no esperes que alguien venga a cambiar tus creencias limitantes o absurdas, pues tu mente no se lo permitirá. Sólo tú puedes hacer algo, y lo primero es cuestionarte de dónde vienen tus creencias, por qué decidiste creer que eso era la verdad. Pues déjame que te diga que esa no es la verdad, es sólo tu percepción particular de la realidad.

¿Crees que eres una persona tímida, poco atractiva o incapaz de hablar en público. ¡¡¡Falso!!! Tanto si crees eso como si crees todo lo contrario no es más que el resultado de tu decisión. Así que cambiar la clase de persona que eres es tan fácil como decidir cambiar tu forma de pensar acerca de ti.

De hecho hace unos años aprendí a cambiar el pasado ¿Cómoooo? ¡Si el pasado es inmutable! ¡Anda ya! Piensa un poco ¿Qué es el pasado? ¿Es lo que tú recuerdas que pasó o es lo que recuerdan los demás? Si es una cosa inmutable que nadie recuerda con precisión ¿cómo puedes saber cual fue la realidad? Así que ¿por qué no cambiar tus recuerdos o al menos la forma en que interpretas esos recuerdos? Si alguien te dijo que eras feo, tímido, malo o inútil ¿Eso era real? ¿Te quería dañar? ¿Quizá te quería proteger? Ya que no puedes saber con certeza como fue el pasado ni cómo es la realidad, sé inteligente y decide creerte lo que te haga ser la mejor versión de ti mismo.

lunes, 11 de mayo de 2015

Análisis riguroso de oportunidades de negocio.

En mi anterior entrada explicaba los criterios para descartar rápidamente un negocio. Básicamente uso los mismo criterios cuando aparece alguno que no descarto y me pongo a analizarlo, pero aparte de ser más riguroso y profundo, ahora es esencial aplicarlos por cierto orden, mientras que en el caso del descarte daba lo mismo.


He visto mucha gente enamorarse de un plan de compensación, pensando en todo el dinero que pude ganar, o en un producto o servicio por que ellos mismos eran consumidores satisfechos. Sin embargo, estos son de los últimos criterios que debemos analizar, para evitar ese enamoramiento que nubla nuestra razón y nos impide analizar bien todos los demás criterios.


Y no me entiendas mal, no digo que no haya que ponerle amor y pasión a la tarea de desarrollar un negocio. Lo que digo es que te enamores de un negocio serio que te va a dar alegrías mucho tiempo, y no de un príncipe azul que va a irse de parranda con los amigotes y las amiguitas en cuanto te descuides...


Por ello este es el orden que yo sigo:

  1. El historial de la empresa que está detrás del negocio y el historial de sus directivos o dueños.  Quizá este sea el punto más aburrido y tedioso, y por ello el que muchas personas se saltan. Hacerlo bien significa pasarse por el registro mercantil o pedir un informe a alguna consultora (los hay bien asequibles por Internet) Mucha gente se conforma con que alguien le ha dicho que lo hizo, o con que el amigo del primo de un vecino se reunió en persona con el Director General. Déjate de cuentos, comprueba personalmente todos los datos, lee todos los documentos y busca los que no te proporcionen.

  2. Que el dinero provenga de la venta externa de productos o servicios. No quiero decir que los afiliados no puedan comprar los productos de la empresa, que si son buenos es de pura lógica que lo hagan. El problema está en que muchas empresas basan todo su negocio en el autoconsumo de los afiliados, y eso es síntoma de que el producto es muy malo, además lógicamente la empresa no puede repartir más dinero del que ingresa, con lo que la gran mayoría de los afiliados no ganarán nada y muchos perderán.

  3. Muy ligado con el punto anterior es que el producto o servicio tenga mercado y se realmente se venda. Ciertas empresas confían en que la distribución multinivel hará la magia de vender un producto obsoleto, y nada más lejos de  la realidad.

  4. Que esté muy claro de dónde sale el dinero. Asegúrate de que ese producto o servicio es realmente la base del negocio y que no se trata de una mera tapadera. Es raro que una empresa con buen historial y con un buen producto no se base en sus ventas, pero no está de más asegurarse.

  5. Pregúntate si el producto que vas a vender y el trabajo que has de realizar esta realmente alineado con tus gustos, si vas a estar feliz desarrollando el negocio, independientemente del dinero que ganes. No pienses que sólo por el hecho de poder ganar mucho dinero vas a hacer algo que no te guste.

  6. Solamente cuando los cinco puntos anteriores estén bien asegurados, es cuando debemos entrar a analizar el plan de compensación, cuanto dinero puedo ganar. Normalmente las personas empiezan a analizar los negocio por aquí, y esto es un grave error, pues la codicia es muy poderosa y el pensar en todo el dinero que puedes ganar te hace creer que todo lo demás está bien. Así que repito, sólo analiza el plan de compensación al final y asegurate de que además de ser generoso, es sostenible. Si es demasiado generoso, hay un gran peligro de que no lo sea y entonces la empresa o bien quebrará o bien cambiara su plan por otro mucho peor del aquel del que te enamoraste.

martes, 24 de marzo de 2015

Criterios para descartar un negocio

Si quieres encontrar una aguja en un pajar, el método más eficaz no es buscar la aguja, sino retirar la paja.

A veces un negocio «paja» puede parecer un negocio «aguja».

Si estamos en la búsqueda de un buen negocio, es muy probable que en alguno veamos características que brillan y que eso nos haga dejar de tener en cuenta el resto. Al igual que no es oro todo lo que reluce, no es oro todo lo dorado o amarillo, ni tampoco todo lo que es muy denso y pesado. Asimismo un buen negocio no es aquel con una sola característica buena, sino que deben cumplirse todas simultáneamente.

En mi anterior entrada ¿Cómo analizo un negocio? preguntaba cuáles eran los criterios que tienes en cuenta a la hora de elegir un negocio.

Entre las respuestas más comunes se encuentran estas:

  1. Cuanto dinero puedo ganar.
  2. Que tengan un producto vendible con buena demanda en el mercado.
  3. Que mi trabajo sea muy fácil.
  4. Que pueda ganar sin vender.
  5. Que paguen bien
  6. Que el negocio sea sostenible

Todas estas respuestas son válidas, pero también son poco concretas.

Hoy te voy a contar cuáles son los criterios que yo utilizo no para elegir un negocio, sino para descartarlo rápidamente. En el poco frecuente caso de que alguno pase el descarte, uso los mismos criterios, pero usando un orden de prioridad y un análisis más profundo, pero eso lo trataré en otra publicación.

Estos son mis criterios de descarte, aquí no aplico un orden concreto, pues cualquier criterio incumplido supone el descarte.

  • Que esté claro de dónde sale el dinero. He visto infinidad de negocios en los que el afiliado hace una serie de labores de bajísima rentabilidad, como hacer click en ciertos enlaces, ver vídeos o publicar anuncios, que en el mejor de los casos los anunciantes no pagan a más de un centavo, pero que por alguna mágica razón, el afiliado recibe varios dólares. 
  • Que el dinero provenga de la venta externa de productos o servicios. Muchos negocios se basan en «vender» a sus propios afiliados un servicio que nadie más compra o un «maravilloso» producto que tan bueno es que el afiliado se lo queda. Lo más común es que el afiliado acabe acumulando productos que no consume o pagando por servicios que no usa. En esta clase de sistemas es evidente que si todo el dinero procede de los pagos de los afiliados, es necesario que para que unos pocos ganen mucho, muchos han de perder, aunque sea un poco.
  • Que el producto o servicio tenga mercado. Es decir que no sea un producto obsoleto, con competencia gratuita o con unos márgenes muy estrechos, como los ya citados de pago por click, servicios de mensajería instantánea, o de llamadas por Internet, en los que las empresas sólo pueden ganar con volúmenes enormes de usuarios a través de la publicidad.
  • Por supuesto, saber cuánto dinero gano de todo esto que sea lo mayor posible y que no tenga límites.
  • En aparente contradicción, que la empresa gane suficiente, que el plan no reparta más de lo que se ingresa, y en general que sea sostenible. Los peores sistemas se apoyan en este sinsentido. Al repartir mucho, consiguen que los primeros que entran el el sistema ganen mucho y rápido, y así atraen a más personas llevadas por la codicia, pero al ser un sistema insostenible siempre acaba quebrando.
  • El historial de la empresa que está detrás del negocio y el historial de sus directivos o dueños. A diario surgen «de la nada» nuevos negocios que prometen lo que sea necesario para atraer la codicia de las personas. Es importantísimo verificar el historial de la empresa, dónde está domiciliada, cuántos años lleva en el mercado. El negocio puede ser nuevo, pero la empresa que lo respalda debe haber demostrado su buen hacer. Es fundamental ser muy cuidadoso con este criterio, pues hay «profesionales» de crear negocios, quebrarlos y montar uno nuevo una y otra vez.
  • Cada persona también deberá decidir si la actividad que debe llevar a cabo en el negocio encaja con sus gustos y que no esté en contra de la propia ética.
Dime en los comentarios si añadirías algo más para descartar un negocio. Si quieres, podemos analizar algún negocio de los que se están promocionando en la actualidad.


jueves, 12 de marzo de 2015

¿Cómo analizo un negocio?


Para tomar una decisión correcta a la hora de elegir un negocio para unirnos y desarrollarlo, no es necesario hacer un complejo análisis bursátil como sugiere la ilustración. Sin embargo, no es un proceso que haya que tomar a la ligera.

Hace ya muchos años desde la primera vez que decidí emprender y siempre he buscado negocios en funcionamiento para unirme como franquiciado, asociado o afiliado. En este período he analizado cientos de negocios de todo tipo, de diversos sectores, tradicionales, desde casa, online y también diversas variantes de inversiones.

He tenido varios éxitos y también muchos aprendizajes (el fracaso no existe, sólo es parte del camino al éxito) y he acabado convirtiéndome en un experto analizando negocios.

He observado que muchísima gente entra en masa en negocios que no tienen ninguna solidez ni viabilidad, y que después de perderlo todo, repiten en otro de características muy similares. A mí también me pasó, pero aprendí del error y ahora sé cual es la razón.

Ahora me gustaría que me dijeras ¿cuáles son los criterios que tienes en cuenta a la hora de elegir un negocio? De esos criterios ¿cuál es el más importante? 

Mejor si los pones en orden, de mayor a menor importancia. Espero tus comentarios.

sábado, 7 de febrero de 2015

El código del garbanzo

No pensaba escribir en el blog hasta el lunes, y ya sabía de lo que iba a escribir, pero esta semana ha sido muy especial:

Asistí el miércoles a un taller llamado «El libro de tu vida», donde en un sólo día Natalia Gómez del Pozuelo nos enseño el proceso completo de crear un libro, desde ponerle el título hasta publicarlo. 

La verdad, yo no iba con idea de escribir un libro, sólo de aprender algunas técnicas, pero después de este taller, ya tengo en mi lista de sueños que voy a cumplir el de escribir mi libro. 

Este fin de semana estoy asistiendo a otro curso de la escuela de emprendedores Jung y he aprovechado los desplazamientos en metro para leerme un librito de Natalia qué compré en su taller. 

http://nataliagomezdelpozuelo.com/mis-libros-y-ebooks-2/el-codigo-del-garbanzo/
El libro tiene el curioso título de «El código del garbanzo», es un libro pequeño, de menos de cien páginas y sinceramente, hasta el final no tenía nada claro de qué iba aquella historia. Ha coincidido que al llegar el metro a mi estación, justo empezaba el desenlace, así que he subido las escaleras corriendo para llegar a casa cuanto antes y terminarlo.

Ya hace más de una hora que lo acabé, pero cada vez que me viene a la cabeza me vuelvo a emocionar. Creo que mañana no podré resistirme a empezar a leerlo de nuevo.

Gracias Natalia, has hecho que esta semana sea muy especial para mí.

sábado, 31 de enero de 2015

Soy el responsable de sentir lo que siento


Lo que sentimos no está determinado por las circunstancias, tampoco por la educación recibida, como afirmaba Freud, ni por cómo nos tratan los demás. Las personas que nos rodean no son responsables, ni la sociedad, ni nuestro aspecto físico. 

Todas estas cosas pueden influir a favor o en contra, pero siempre tenemos lo que Viktor Frankl denominó la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante las circunstancias.

El estado emocional se puede cambiar en segundos. Podemos pasar de la tristeza a la alegría rápidamente si nos lo proponemos. Es posible que no sepamos cómo cambiar nuestro estado emocional en ciertas situaciones, pero eso no significa que no podamos.

Si piensas que no puedes cambiar tu forma de actuar ante las situaciones, no harás nada por cambiarla, y te quedarás atrapado en tu propia jaula. 

Si piensas que tu forma de ver las cosas es fruto de lo que has aprendido y de cómo has interpretado tu experiencias, sólo tendrás que desaprender y cambiar tu forma de interpretarlas. Se trata de hacer cosas distintas para conseguir resultados distintos.

Esto es así tanto si has tenido una vida sin graves situaciones como si has vivido experiencias brutales, yo no te digo que ante una situación horrible debas sentirte de una manera o de otra. Lo que te digo es que seas consciente de que sólo tú decides cómo te sientes.

Ante circunstancias idénticas, cada persona se siente y actúa de una manera distinta. Ante un despido hay quien va al bar a ahogar su frustración en alcohol y quien aprovecha para crear un negocio. Ante una agresión violenta hay quien se hace más violento, hay quien se encierra de miedo en su casa y hay quien funda una asociación de ayuda a las víctimas de las agresiones.

Las circunstancias son las que son, cada uno elige si quiere encontrar lo que pueda tener de positivo. Si Viktor Frankl fue capaz de hacerlo en un campo de exterminio nazi, estoy seguro de que siempre se puede hacer

Tanto la entrada de ayer como esta de hoy están inspiradas en el libro «Estrategias de eficacia emocional» de Vicens Castellano, libro que recomiendo leer. En los próximos días seguiré usando este libro como fuente para mis publicaciones y explicaré algunas técnicas efectivas para gestionar las emociones.

viernes, 30 de enero de 2015

La vida no me debe nada

Muchas veces vivimos en la exigencia: Exigimos a los demás (qué fácil ¿eh?), nos exigimos a nosotros mismos, algunos incluso decimos orgullosos «Soy muy autoexigente».

Estamos todo el día diciendo «tienes que, tengo que» aunque lo más curioso es que le exigimos a la vida decimos cosas como «tiene que llegar el buen tiempo» o «esto tiene que mejorar». Parece que la vida nos debiera algo y nos creemos con el derecho de exigirle cosas.

¿No es esto ridículo? Yo pienso que sí, pero es que además nos hace daño, por que por regla general, los demás no hacen caso de nuestras exigencias; la vida aún menos, y normalmente ni nosotros mismos hacemos caso a nuestras propias exigencias.

Y entonces ¿qué tenemos que hacer?

¡Nada! No tenemos que hacer nada, la cuestión está en lo que queremos hacer. Con tan solo cambiar el tener que por querer la cosa cambia. Si decimos cosas como «quiero que ordenes», «quiero adelgazar» o «quiero la paz en el mundo» pasamos de la exigencia al deseo, de esperar a que pase algo a actuar para que suceda.

Sé que no es fácil cambiar esta mala costumbre, y no tienes que hacerlo, pero si quieres, empieza por fijarte en los demás cuando usan este tipo de expresiones de exigencia, como «tienes que», «debes hacer», o «haces eso o te parto la cabeza». Cuando hayas entrenado, fíjate en lo que tú dices y piensa si realmente quieres hacer las cosas que dices que tienes que hacer. Date cuenta que la verdad es que haces lo que quieres hacer y que esas expresiones exigentes no son más que trampas para autoengañarte.

Cuando pensé en cómo iba a ser mi primer artículo en este blog, rondó pro mi cabeza «tiene que ser muy bueno», sin embargo, pensándolo mejor me dije, no, no tiene que serlo, nadie me lo impone, no es una obligación. Lo cierto es que quiero que sea muy bueno y aspiro a que sea mejor cada vez.