lunes, 18 de mayo de 2015

¡No te preocupes!

«¡No te preocupes!» es una de mis expresiones prohibidas. Decirle a alguien «no te preocupes» es tan contraproducente como decirle «no pienses en un iceberg», pues lo que vendrá a su mente será una preocupación del tamaño del iceberg. El cerebro piensa en imágenes y no es capaz de procesar el no. Por eso es más útil usar expresiones positivas, como por ejemplo: «Estáte tranquilo»
 
Sin embargo, hoy vengo a decirte que no te preocupes, pero por que es la cosa más absurda del mundo, por mucho que sea la más común de las cosas absurdas.

Básicamente hay dos categorías de preocupaciones: Las cosas en las que no tenemos ninguna capacidad para cambiarlas y aquellas en las que sí tenemos esa capacidad.

En la primera categoría podrían estar la situación económica internacional o la posibilidad de un terremoto. Estarás conmigo en que es completamente absurdo e inútil malgastar la más mínima cantidad de tiempo y energía en estas cuestiones, pues no las vamos a poder cambiar.

En la segunda categoría están aquellas cosas de las que podemos ocuparnos, con lo que de nuevo es absurdo preocuparse. Lo que sí debemos hacer es tomar la decisiones, primero si vamos a ocuparnos o no.

Por ejemplo mi amigo Ernesto González, incluye en su lista de tareas por hacer una categoría fantástica: «La lista de cosas de no hacer»; allí pone esas cosas que alguna vez pensó que debía hacer, pero que por fin a decidido no hacerlas y por tanto se libera de ellas de un plumazo y de la preocupación asociada.

Así que, en resumen, olvídate de las cosas en las que no puedes hacer nada, no hagas lo que en realidad no es importante y ocúpate de las cosas que sí lo son. 

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