viernes, 30 de enero de 2015

La vida no me debe nada

Muchas veces vivimos en la exigencia: Exigimos a los demás (qué fácil ¿eh?), nos exigimos a nosotros mismos, algunos incluso decimos orgullosos «Soy muy autoexigente».

Estamos todo el día diciendo «tienes que, tengo que» aunque lo más curioso es que le exigimos a la vida decimos cosas como «tiene que llegar el buen tiempo» o «esto tiene que mejorar». Parece que la vida nos debiera algo y nos creemos con el derecho de exigirle cosas.

¿No es esto ridículo? Yo pienso que sí, pero es que además nos hace daño, por que por regla general, los demás no hacen caso de nuestras exigencias; la vida aún menos, y normalmente ni nosotros mismos hacemos caso a nuestras propias exigencias.

Y entonces ¿qué tenemos que hacer?

¡Nada! No tenemos que hacer nada, la cuestión está en lo que queremos hacer. Con tan solo cambiar el tener que por querer la cosa cambia. Si decimos cosas como «quiero que ordenes», «quiero adelgazar» o «quiero la paz en el mundo» pasamos de la exigencia al deseo, de esperar a que pase algo a actuar para que suceda.

Sé que no es fácil cambiar esta mala costumbre, y no tienes que hacerlo, pero si quieres, empieza por fijarte en los demás cuando usan este tipo de expresiones de exigencia, como «tienes que», «debes hacer», o «haces eso o te parto la cabeza». Cuando hayas entrenado, fíjate en lo que tú dices y piensa si realmente quieres hacer las cosas que dices que tienes que hacer. Date cuenta que la verdad es que haces lo que quieres hacer y que esas expresiones exigentes no son más que trampas para autoengañarte.

Cuando pensé en cómo iba a ser mi primer artículo en este blog, rondó pro mi cabeza «tiene que ser muy bueno», sin embargo, pensándolo mejor me dije, no, no tiene que serlo, nadie me lo impone, no es una obligación. Lo cierto es que quiero que sea muy bueno y aspiro a que sea mejor cada vez.

2 comentarios:

  1. Tienes razón, Santiago, yo misma, cuando quiero pedirles a mis hijos que hagan algo, pienso mucho como decirlo sin la exigencia de tener que usar el "tienes que", pero en este caso me da igual usar el "quiero que" porque el efecto es el mismo: nulo. Sin embargo, cuando son ellos los que me piden a mi algo, uso la misma coletilla que ellos (luego lo hago...), y es entonces cuando se dan cuenta de que para que yo haga algo que ellos me piden, ellos también tienen que hacer algo que yo les pido....no sé, pero es mi particular visión de la educación, que puede ser buena o mala, depende para quien, pero que a mi me funciona. Y creo que me he salido un poco de lo que querías tu expresar con este post, con el que estoy de acuerdo.

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  2. Con la exigencia rara vez se consigue algo. Es con el "deseo que..." y el "me gustaría que...." con los que se obtienen los mejores resultados. Y si a todo ésto le sumamos una manera amable de expresarnos y una sonrisa, el éxito está garantizado.
    Y Santiago, te lo he dicho y ahora aprovecho y te lo reitero: serás el mejor en todo lo que te propongas. ¿Por qué estoy tan segura de ésto?, porque a todo lo que haces le pones el corazón y ése es un valor agregado fundamental para todo lo que emprendamos o proyectemos.

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